Quiero...

Quiero olvidar cada dedo tuyo posado sobre mi piel, quiero callar esos labios con rumores de olas lejanas. Quiero apagar el latido de este corazón como un soplo a una llama… Quiero apartarte de mi memoria como quien rompe una foto, quiero olvidar tu nombre como quien pierde el mechero…
Pero tus dedos queman mi piel, tus labios me miran, altivos ellos, deseosos de los míos. Pero este corazón late fuerte, mientras la llama se enciende, si aún es posible, cada día más… Mi memoria, traicionera, se encarga de evocar tu recuerdo, tu figura, tu tacto y tu olor cada vez que veo una foto, aunque en ella tan solo existan seres desconocidos… Quiero olvidar tu nombre, y lo llevo tatuado a fuego.
Porque aún me quema cada beso que no es mío… porque mi piel no recibirá más tus caricias, porque este corazón se muere solitario… y mis labios, borrachos de dolor, pronuncian tu nombre una noche más…
Porque serán necesarias mil lágrimas para dormir y mil más para despertar.
Porque arrancaste de mi lo poquito que me quedaba… porque contigo te llevaste mis ganas de vivir.