Acarició su piel por última vez, se visitó, y sin mirar atrás partió lejos de él. Sabiendo, que una vez más,
volvería a caer, pensando que quizás nunca podría renunciar a él, creyendo que
estaría mejor con las migajas que él la
ofrecía que despertando sola cada mañana.
3 comentarios:
Ai tia que triste el texto, pero que razon tiene.
Siempre creemos que estaremos mejor con las migas que nos dan .
Aveces somos muy bulnerables
muaaaaa!!spn
Yo no lo diria así... a veces somos muy tontas. Así mejor.
tb tb muuuuy tontas!!
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