Aún me sorprende la capacidad para emocionarme... una capacidad que hasta no hace mucho pensaba no poseia.
Solo ha sido necesario una pequeña cuña publicitaria en este dial de la radio que acostumbro a escuchar desde que los días son días... Notar la piel de gallina, no poder evitar una sonrisa, y volver a sentir una vez más lo que sentí aquel día...
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