viernes, 7 de septiembre de 2007

Vuestra ausencia.

Siempre pensé que la parte más fea de los maestros era tener que evaluar a sus alumnos. Ahora he comprendido que no. Evaluar a tus alumnos es ayudarlos a crecer, hacerlos fuertes, compartir con ellos cosas que tú ya sabes y que ellos están descubriendo. Evaluar no es más que un paso del proceso enseñanza-aprendizaje.
Lo peor sin duda es verlos partir. Ver como crecen, como se hacen mayores, como abandonan el nido pasando a otro aula, a otro colegio. Verlos partir provoca tristeza, melancolía, pero también la esperanza, la esperanza de que otros niños ocuparán su lugar, la ilusión de comenzar de nuevo un proceso que dará como resultado una nueva marcha y otra nueva ilusión.
Adri, Karl, Diego, Raquel, Iván, Gonzalo, René y otros muchos más, os echaré de menos.

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