domingo, 21 de octubre de 2007

Demasiado rápido.

Se ha dado tanta prisa el reloj que no me ha dejado tiempo para asimilar nada, para construir sobre el tiempo una dura fortaleza, un acceso restringido a todo aquello que me haga débil o vulnerable...
Ha ido tan deprisa que hoy no puedo evitar recordar que hace un año de demasiadas cosas, demasiadas palabras que quizás, y solo quizás, debí tomarme más en serio.
Ahora, tanto tiempo después, nada de esto importa. Pero a mi me sigue pareciendo que ha pasado demasiado rápido.

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