Dejó de escuchar los sonidos que la rodeaban de golpe. Se sentó antes de que el tembleque de sus piernas la hiciese caer al suelo.
"No puede ser" repetía una y otra vez, sin estar segura de que aquello tuviese que afectarle a él, pero sabiendo que su intuición no iba a fallarla.
No oía nada, su mente, saturada de información confusa, decidió desconectar por completo el canal auditivo.
Silencio, solo silencio. Si al menos fuese capaz de sentirle cerca, de saber que su corazón aún latía...
Pasaron días hasta que ella supo que él saldría con vida de aquello, que las heridas, graves e importantes, no acabarían con su fortaleza.
El golpe fuerte llegó después, cuando con el paso del tiempo descubrió que él no mereció ninguna de las lágrimas que derramaron su ojos, ni una sola de sus noches de insomnio, ni siquiera ninguna de las muchas llamadas telefónicas.
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1 comentario:
Ufff me acuerdo de esto,,,, y que quieres que te diga? no,no se merece ni una de las solas lagrimas ni la preocupación ni nada de nada ...
Asi que no hay mal que por bien no venga ;)
Un besito TQQ
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