lunes, 9 de febrero de 2009

Ommm...

A ratos me gustaría olvidar que tengo educación y tratar al resto de personas como nos tratan a nosotras.

No me gusta que duden de mi profesionalidad, ni que ponga en entredicho mi trabajo. Ni el mío ni el de mis compañeras. Y no dudo que los niños no sean malos, sino traviesos, pero no hay padres traviesos, sino cabrones, con perdón de los pobres cabrones que no tienen ni culpa ni pena.

Me están buscando las cosquillas, y en ocasiones me gustaría que me las encontrasen para poder contestar a determinados padres lo que realmente pienso de ellos, pero no les voy a dar ese gustazo. Tengo educación, y hago bien mi trabajo aunque ellos quieran hacerme pensar que no.

Así que lo mejor será sonreír y dejarles que digan lo que realmente les de la gana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cada vez es más difícil ejercer la profesión de maestro...

A veces pienso que se debería exigir el carnet de padre para poder tener hijos...