He de reconocer que no tenía ni idea de que había un día dedicado a los abuelos. Nunca nadie me lo había dicho ni nunca lo he celebrado. Una pena, me imagino hace unos años preparando un regalo para mis abuelos. Para esos que ahora ya no están a mi lado.
Hace bastante que perdí a mi abuelo paterno, cuando yo solo era una niña que ni siquiera había empezado el instituto. No le he olvidado, pero me cuesta recordar detalles de él, sobre todo imágenes que no se ciñan a la última vez que le vi, demasiado malito ya, en una cama postrado.
Con mi abuelo materno la historia es diferente. Pude disfrutarle mucho más, en tiempo y en cercanía. Hasta el punto de que para mí era la persona más importante de mi vida. Bastaba estar un rato a su lado para olvidar todo lo malo que me podía pasar. Los mejores consejos los saqué de conversaciones con él, y él fue quien más creyó y confió en mí hasta el día de hoy. Tengo miedo a olvidarme de su voz, de su olor, de sus abrazos, de esa mirada azul capaz de traspasar paredes...
Me gustaría tener a ambos a mi lado, hoy y cualquier otro día.
¡¡Felicidades, abuelos!!
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