Cierro los ojos y solo soy capaz de escuchar el lejano murmullo del tic-tac de un reloj… me aferro con ansias al recuerdo del sonido de tu voz, la risa, en otro momento jubilosa, es tan solo un eco, un recuerdo demasiado feliz, demasiado doloroso de recordar…
El olor a sal de mis lágrimas me recuerda el cálido verano que compartimos un día tú y yo… el viento me aleja, me lleva lejos de ti, a los brazos de otro… a unos brazos desconocidos que me ayudará a recomponer el puzzle de lo que un día fui y lo que hoy no soy…
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1 comentario:
Seguro que esos brazos desconocidos no tardan mucho en rodearte, y este, quizás, sí vañga la pena!
MUACKS
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