miércoles, 6 de agosto de 2008

Conclusión

Decidir algo puede ser relativamente sencillo.
Blanco o negro.
Dulce o salado.
Si la decisión conlleva la lucha eterna de una misma consigo misma la cosa cambia.

Estoy cansada de tener que pelear día y noche conmigo misma, de tener la sensación de que mi mayor enemigo soy yo. Cansada de buscar presuntas soluciones que, o bien no me atrevo a llevar a cabo, o bien no salen como estaba previsto.

Y todo para llegar a la misma conclusión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomar decisiones, por lo general, siempre nos resulta complicado, la mayoría de las veces porque no nos damos cuenta de que en el 90% de los casos son de lo más triviales.

Besos orgiásticos

Ati dijo...

Ella, rebienvenida.
Gracias por pasarte por aquí.
Seguramente tengas razón y esta decisión sea una de las más triviales de las últimas que tomé.
Y, sin embargo, duele.


Un besito decisivo.