lunes, 25 de agosto de 2008

Titulada en plastilina y tizas de colores.

Siempre me ha hecho gracia ese anuncio al que hace referencia el título del post. Es una bonita forma de decir que una se dedica a enseñar, o por lo menos lo intenta, a los peques de cada lugar.
Recuerdo que un día en la facultad uno de los profesores lanzó una frase al aire que se quedó un tiempo retumbando en mi cabeza: "La enseñanza es una vocación"
Nunca he tenido vocación de maestra, y los que me conocéis desde hace tiempo lo sabéis, sabéis que siempre he mirado a otros horizontes, que mi meta ha sido siempre otra.

La enseñanza se cruzó en mi camino el día que decidí que era momento de pensar qué otras salidas podría tener en el caso de no alcanzar la meta que buscaba.
Llevó más de un año dedicándome a esto, aunque ahora es cuando realmente me siento maestra. Siempre he tenido claro que esta no era mi primera opción, que quizás era una puerta de atrás que me pudiese permitir dar un rodeo hasta la principal. Y, sin embargo, sé que ahora, con ellos, soy feliz.